La cocina mediterránea es famosa en todo el mundo por su frescura, sabores vibrantes y diversidad. Desde los campos de olivos del sur de Europa hasta las costas del norte de África, esta región es un crisol culinario. Aunque muchos conocen platos icónicos como la paella, el hummus o la moussaka, la cocina mediterránea tiene una riqueza mucho más profunda con recetas menos conocidas pero igual de auténticas. En este artículo, exploraremos los platos mediterráneos más singulares que quizás no conocías, y que vale la pena descubrir.
1. Fricasé de Cordero (Grecia)
El fricasé es un plato griego menos conocido que se destaca por su mezcla de sabores ácidos y tiernos. Tradicionalmente preparado con cordero o cabra, este guiso combina carne suave cocida a fuego lento con una mezcla de verduras de hoja verde como acelgas o espinacas. El toque especial lo aporta el huevo-limón (“avgolemono”), una salsa clásica griega que equilibra la acidez y la cremosidad, realzando el sabor de este plato reconfortante.
2. Zaalouk (Marruecos)
De Marruecos nos llega el zaalouk, una ensalada caliente hecha a base de berenjenas y tomates, sazonada con ajo, comino y pimentón ahumado. Aunque a menudo se sirve como acompañamiento, este plato puede brillar por sí solo, especialmente cuando se acompaña con pan marroquí fresco. Su textura suave y su sabor ligeramente ahumado lo convierten en un favorito para quienes buscan un plato vegetariano único y sabroso.
3. Fideuà (España)
Originaria de la región de Valencia, la fideuà es la prima menos conocida de la famosa paella. En lugar de arroz, este plato utiliza fideos cortos cocidos con mariscos frescos como gambas, sepia y mejillones. Se sazona con un caldo de pescado y especias, y a menudo se sirve con alioli, una salsa de ajo que realza su sabor. La fideuà ofrece una textura y un perfil de sabor diferentes que sorprenden incluso a los amantes de la cocina española.
4. Pastítsio (Chipre)
Este plato es una variación chipriota del clásico griego pastitsio. Es un pastel de pasta que combina capas de macarrones gruesos con carne picada especiada, generalmente cordero o ternera, y se cubre con una generosa capa de bechamel horneada hasta quedar dorada. Lo que diferencia al pastítsio chipriota es el uso de especias como la canela, que le aporta un toque dulce y único.
5. Balık Ekmek (Turquía)
El balık ekmek, que se traduce literalmente como “pan con pescado”, es un plato callejero emblemático de Estambul. Consiste en un filete de pescado, generalmente caballa, que se asa a la parrilla y se sirve dentro de un pan crujiente junto con cebolla, lechuga y jugo de limón. Es simple, fresco y captura perfectamente los sabores de la costa turca.
6. Tajine de Ciruelas y Almendras (Marruecos)
Aunque los tajines son conocidos a nivel mundial, este en particular es una joya poco explorada. Se prepara con carne de cordero cocida lentamente con una mezcla de ciruelas secas, almendras tostadas y una salsa dulce y especiada que incluye canela y miel. Este plato marroquí combina lo dulce y lo salado de una manera extraordinaria, creando una experiencia gastronómica inolvidable.
7. Pane Cunzato (Italia)
De Sicilia nos llega el pane cunzato, que significa “pan condimentado”. Esta receta sencilla convierte un pan rústico en una obra maestra al añadir ingredientes como tomate fresco, anchoas, aceite de oliva virgen extra y queso pecorino. Su simplicidad es su mayor fortaleza, ya que cada ingrediente brilla por su frescura y calidad.
8. Kushari (Egipto)
El kushari es un plato callejero egipcio que combina lentejas, arroz, macarrones y garbanzos, todo mezclado con una salsa de tomate especiada y cubierto con cebolla frita. A pesar de su aparente sencillez, este plato es un ejemplo perfecto de la fusión de culturas que caracteriza a la cocina mediterránea, ya que incluye influencias italianas, indias y del Medio Oriente.
9. Revithada (Grecia)
La revithada es un plato griego originario de la isla de Sífnos, conocido por su simplicidad y sabor profundo. Consiste en garbanzos cocidos lentamente en un horno de barro con aceite de oliva, cebolla y limón. La clave está en el tiempo de cocción, que permite que los sabores se desarrollen completamente, ofreciendo un plato vegetariano rico en nutrientes.
10. Mloukhiya (Túnez)
La mloukhiya es un estofado túnecino hecho con hojas secas y molidas de jute, una planta local, que le da un color verde oscuro característico. Este guiso se cocina lentamente con carne de res o cordero, especias como cilantro y comino, y aceite de oliva. Aunque su apariencia puede no ser la más atractiva, su sabor es profundo y terroso, y es considerado un plato de confort en Túnez.
11. Sfincione (Italia)
El sfincione es una variante siciliana de la pizza que se diferencia por su masa más gruesa y esponjosa, cubierta con una mezcla de tomate, cebolla, pan rallado, queso caciocavallo y anchoas. Es un plato tradicional que se suele preparar en festividades y que destaca por su combinación de texturas y sabores intensos.
12. Fattoush (Líbano)
Aunque las ensaladas suelen pasarse por alto, el fattoush merece una mención especial. Este plato libanés combina vegetales frescos como pepino, tomate y rábano con trozos de pan pita tostado o frito. Se adereza con un aliño a base de sumac, un condimento ácido que eleva la frescura de los ingredientes.
13. Tumbet (Mallorca, España)
El tumbet es un plato mallorquí similar a la ratatouille francesa. Consiste en capas de berenjena, patata y pimientos fritos, cubiertos con una salsa de tomate casera. Se sirve como plato principal o acompañamiento, y es un excelente ejemplo de cómo la cocina mediterránea celebra los productos locales.
14. Yaprak Sarma (Turquía)
Aunque los dolmas (hojas de parra rellenas) son conocidos en toda la región mediterránea, los yaprak sarma turcos tienen su propia identidad. Estas hojas de parra se rellenan con arroz sazonado con hierbas como eneldo, menta y perejil, a veces con carne picada. Se cocinan a fuego lento con un toque de jugo de limón, resultando en un bocado delicado y lleno de sabor.
15. Shakshuka Verde (Israel)
Aunque la shakshuka clásica con tomates y especias es muy popular, su versión verde es una delicia menos conocida. Esta variante incluye espinacas, acelgas y hierbas frescas, cocinadas con huevos escalfados en la mezcla. Es un plato ligero pero lleno de nutrientes, ideal para un desayuno o almuerzo saludable.
Conclusión
La cocina mediterránea es un tesoro culinario que va mucho más allá de los platos icónicos que ya conocemos. Estos platos auténticos, menos conocidos, muestran la diversidad y riqueza de esta región, combinando ingredientes frescos, tradiciones ancestrales y un profundo amor por el buen comer. Al explorar estas recetas, no solo ampliamos nuestro paladar, sino que también conectamos con las culturas y las historias que las inspiraron. ¡Anímate a probar alguno de estos platos y descubre una nueva faceta de la cocina mediterránea!